Hoy hablaremos del perfil de adicta emocional: LA GEISHA SUMISA
En agosto de 2019 viajé durante un mes por mi país favorito, Japón. Una noche salimos a cenar y me crucé con una geisha que Iba andando a la velocidad de la luz. Cuando pasó, dejó tras de sí el sonido de unos cascabeles que llevaba colocados estratégicamente en la cabeza. Me pareció una muñeca dulce y delicada, enfundada en su kimono de seda, rodeada de un aura de misterio, sofisticación y sensualidad. La miré fascinada hasta que desapareció.
Con esta experiencia me di cuenta de que la geisha promueve el estereotipo de mujer sumisa que tantas veces me he encontrado en terapia. Desde el imaginario colectivo, su figura representa servidumbre,
complacencia, obediencia, docilidad y sumisión. Algunas de las mujeres que acuden a terapia son auténticas geishas sumisas en pleno siglo xxi. Estas son las características del perfil más clásico de una adicta emocional.
Características de la geisha sumisa
Si eres sumisa en tu relación de pareja, perteneces a este perfil. Sueles conformarte con lo poco que te da tu gilipollas actual y, además, lo sufres en silencio. Necesitas aceptación, agradar, y te desvives por los otros en vez de guardar esa valiosa energía para ti.
Al buscar esa aprobación externa, evitas los conflictos, aunque eso suponga aceptar situaciones intolerables, como el abuso emocional o físico por parte de tu gilipollas, y acabas una y otra vez en relaciones injustas, no recíprocas y poco simétricas. Esto se puede extender a otros ámbitos de tu vida, como el social, el familiar o el laboral. Tú das el cien por cien, pero jamás lo recibes. Por ejemplo, te pasas horas al teléfono aguantando los roblemas ajenos, pero cuando te toca hablar de los tuyos, nunca tienen tiempo para escucharte y cuelgan rápido dándote excusas infumables. Algunas de tus amigas te han decepcionado o traicionado.
Suelen decirte que eres muy buena persona, adorable incluso, pero porque te tragas la basura del resto. Sin embargo, no lo haces tanto por altruismo, sino por recibir la aprobación de quienes te rodean, ya que vives preocupada por tu imagen y por lo que pensarán de ti, es decir, dependes de la validación externa. También buscas la aceptación de tu pareja. Cuando tienes una relación no la vives de una forma tranquila y natural, sino que te invade una sensación de angustia, de miedo al rechazo y al abandono, todas ellas características de las adictas emocionales.
Si tu chico quiere irse con sus amigos y cancela vuestro plan a última hora, no dices nada, pero te quedas colgada en casa. Y lo aceptas con tal de que no se enfade. En situaciones más extremas, has llegado a enfrentarte a tu familia, amigos y personas de tu etorno que te dicen que tu supuesto amor abusa de ti, pero tú lo defiendes con uñas y dientes. Incluso, te distancias de ellos.
Sueles enganchar una relación tóxica con otra debido a tu baja autoestima, propio de una adicta emocional. La mayoría son psicópatas narcisistas, ya que la sumisión de la geisha la convierte en una presa fácil para ellos. Tu pareja, o lo que sea, controla tu mente, te engaña o te manipula hasta hacerte dudar de ti. Un ejemplo habitual sería cuando sospechas que te está siendo infiel porque has encontrado pruebas, se lo dices y él te hace creer que estás loca y te confunde hasta que acabas pidiéndole perdón.
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