¿Crees que tal vez seas adicta a un hombre tóxico? ¿Acabas siempre enganchada al mismo perfil de gilipollas? ¿Has tenido o tienes una relación tóxica? ¿Repites patrones tóxicos en tus relaciones? ¿Quieres aprender a detectar y evitar esos comportamientos? ¿Te gustaría reforzar tu amor propio y construir una relación sana de pareja? Te animo a leer mi libro Adicta a un gilipollas: Supera tu adicción emocional a una relación tóxica.
A lo largo de nuestra vida pasamos por muchas relaciones, ya sean de pareja, amistad o familiar. Cada una de ellas nos aporta algo, ya sea bueno o malo, que nos acompaña el resto de nuestra vida.
En todas las relaciones se forma un vínculo, una conexión emocional que nos une a esa persona de una manera especial. Ninguna relación es igual que otra, de ahí que no tengamos las mismas relaciones con las personas que queremos.
Cuando hablamos de relación de pareja aparecen muchas dudas, inseguridades y miedos. ¿Cómo saber si tengo una relación sana? ¿Es la persona adecuada? ¿Me quiere de verdad o solo me está utilizando? ¿Estoy enganchado a mi pareja? En este punto entra la adicción emocional.
¿Qué es la adicción emocional?
La adicción emocional es un enganche tóxico, disfuncional y peligroso que se crea entre dos personas. Ser un adicto emocional no siempre está vinculado con una relación de pareja ya que puedes ser adicto a otras relaciones. En este artículo nos centramos en la adicción emocional a una relación entre una persona adicta y una persona tóxica (ya sean pareja o ligue), que genera, sobre todo en ella, dolor, sufrimiento, inestabilidad emocional, frustración y tortura psicológica.
Como veremos, la adicción emocional se parece a la adicción a distintas sustancias como el alcohol o las drogas. Estar enganchado a una droga supone en muchas ocasiones depender de esa droga para ser “feliz”. Lo mismo ocurre en las relaciones, muchas veces pensamos que dependemos de otras personas para ser felices, pensamos que no podemos vivir sin una pareja o anteponemos sus necesidades a las nuestras. En este sentido, nos invalidamos frente a otras personas, idealizamos la relación hasta el punto de que si nos hacen daño minimizamos el impacto negativo, no reconocemos que nos han herido.
Cuando una persona es adicta emocional idealiza a la otra persona, se siente inferior y acabará odiándose a sí misma. Hace lo posible para que la relación no se rompa porque piensa que su vida no tiene sentido si su pareja desaparece. ¿Alguna vez te ha ocurrido algo parecido?
Todos hemos podido pasar por una situación similar, la adicción emocional es más común de lo que parece. En ocasiones normalizamos comportamientos tóxicos que nos hacen daño, nos martirizan. Nos sentimos tristes, solos, inestables y deprimidos. ¿Por qué entonces seguimos enganchados a esas personas? Esto ocurre, al igual que con las drogas, por las sustancias químicas y hormonas que segrega nuestro cuerpo al estar con ellas.
Aunque nos traten mal, borramos esos momentos oscuros, solo vemos lo bueno y creemos que esa persona puede cambiar. Es lo que llamamos “ceguera amorosa”, no percibes la realidad de los hechos, aparece el autoengaño y una obsesión enfermiza.
¿Cómo podemos diferenciarla de una relación sana?
La adicción emocional nada tiene que ver con el amor sano y real de pareja. Una relación sana se basa en el respeto, la comunicación, el compromiso y la confianza. En cambio, en una relación tóxica existen manipulaciones, hay una falta de libertad, aparecen sentimientos de culpa, dependencia y miedo.
Cuando eres adicto emocional a una relación tóxica cada día estás más aislado de tu entorno, anulas tus necesidades, te manejan y no controlas tus propias decisiones. Vives en un estado de incertidumbre que no te deja ser feliz, te aterra estar solo y sin pareja.
Por otro lado, también aparece la culpa. En muchas relaciones de abuso y maltrato solo se beneficia la otra persona, te menosprecia o te hace sentir culpable por todo lo que ocurre. Es importante reconocer estas conductas de control, lo primero es identificar el problema, reconocerlo y buscar ayuda.
Si te has sentido identificado con estas conductas no te preocupes, la adicción emocional tiene cura, pero para ello tienes que reconocer el problema. Aprende a identificar una relación tóxica, trabaja en tu autoestima y no permitas que la adicción emocional te nuble.
Por último, te animo a leer mi libro Adicta a un gilipollas: Supera tu adicción emocional a una relación tóxica. Un programa de desintoxicación en 5 pasos para superar la adicción a una relación tóxica. En él profundizo sobre este tema y te acompaño en el proceso de superación y aprendizaje.
Aprenderás a reconocer tu perfil de adicta emocional y a identificar a los hombres tóxicos más habituales en el ranking «top 10 de gilipollas». Y, por último, tendrás que dejarte la piel en el programa de desintoxicación radical de seis semanas para desengancharte de tu hombre tóxico. ¡Tú puedes! A lo largo de estas páginas aprenderás a no permitir que nadie te maltrate, a valorarte, a quererte incondicionalmente, a sanar tus heridas emocionales y a sentirte digna de amor y merecimiento. Despierta a la mujer fuerte y empoderada que llevas dentro. Este libro es el primer paso hacia tu nueva vida. Por todas esas personas que sufren, ánimo, no estáis solos.
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