A continuación te presento algunas de las consecuencias que puede provocarte, o que te está provocando ya, la adicción afectiva o emocional.

Malgastar tu valioso tiempo
Me duele ver la cantidad de tiempo que pierdes en relaciones tóxicas… ¡EL TIEMPO ES LO ÚNICO QUE NO PODEMOS COMPRAR! Lo malgastas desde que emocionalmente te enganchas a él, estés o no en pareja, hasta que consigues desintoxicarte y superar el duelo traumático tras la ruptura. Perder la salud física y
emocional por alguien que te roba tu tesoro más preciado —un tiempo que jamás volverá— es muy grave. Supongamos que llevas dos años de relación. ¿En qué actividades podrías haber invertido
esos 730 días, 17.520 horas, 1.051.200 minutos y 63.072.000 segundos?


En lugar de perder la energía y destruirte con él, imagina todo lo que podrías haber hecho. El tiempo es tan valioso y preciado que se me ponen los pelos de punta al pensarlo.

No dar oportunidades a hombres sanos
¡Somos 8.000 millones de personas en el planeta! Por probabilidad, seguro que hay hombres que te pueden hacer feliz de forma sana. ¿Tan poco te quieres que mendigas migajas de amor a un gilipollas?
Hay casi cuatro mil millones de hombres… Lo has leído bien, repito, ¡casi cuatro mil millones de hombres ahí fuera! Habría que descontar a los casados y a los que están en pareja, pero siguen siendo muchos millones disponibles para ti. ¿Qué creencias autodestructivas tienes para pensar que no te mereces a un hombre que esté enamorado de ti y que te quiera de verdad, y tú a él? Créeme, hay uno de los buenos esperándote. Pero tienes que salir de ese estiércol emocional en el que andas. Cuando pruebas una relación de pareja sana en la que amas y te aman, nunca vuelves a una tóxica.

Una consecuencia de tu adicción emocional es que no tienes un compañero de vida, un hombre que te haga realmente feliz y con el que puedas formar una familia, si es lo que quieres. No te imaginas la de lágrimas derramadas por este tema que he presenciado en terapia con mis pacientes… ¡Llenaría un océano! Es desolador haberlo vivido con ellas. Hay muchas mujeres que no quieren ser madres, pero a las que les gustaría tener una persona con la que formar un equipo a largo plazo. Al final, todos los seres
humanos queremos lo mismo, amar y ser amados. Para conseguirlo, primero debes desengancharte de tu droga emocional; segundo, quererte por encima de todo; y tercero, como consecuencia de tu amor propio, encontrarás a un hombre sano que enriquezca tu vida y te quiera de verdad. Pero no, siempre empezamos el proceso al revés: primero me emparejo y luego me quiero. Por eso no funciona ninguna de las relaciones en las que te embarcas.


Destrozar tu amor propio
El amor propio, la valía personal y el autorrespeto se encuentran en mínimos históricos, machacados como consecuencia de tu dañina relación de pareja. La adicción emocional es como un tsunami,
lo destroza todo a su paso. Puede que a raíz de la relación con tu gilipollas actual hayas empezado a mantener un diálogo interno muy crítico contigo misma. Por ejemplo, te dices: «Mi pareja me
está siendo infiel o no quiere comprometerse porque no soy lo suficientemente guapa». Si empiezas a verte poco atractiva y a cuestionarte tu belleza, a pesar de que antes no te sentías mal con tu
aspecto, él también está dañando tu autoimagen, cómo te percibes de forma física y externa.

Nadie tiene derecho a destrozarte por dentro ni por fuera. ¡NO LO PERMITAS! Muchas mujeres han acabado odiándose, sin poder mirarse al espejo, a causa de todo ese maltrato verbal. ¿Te pasa? ¿Te hace comentarios peyorativos sobre tu cuerpo o a tu pareja le encanta tu físico? Muchas veces, la falta de autoestima es previa a la relación. Pero a eso se le suma el agravante de que tu pareja también te critica añadiendo palabras venenosas a tu automachaque. En esos casos, estás recibiendo un doble golpe. ¿Quién te protege?

Perder tu identidad y favorecer el aislamiento social

Si también has abandonado a tus amigos y familiares, tus metas y proyectos personales, tu identidad o tu «yo» ha empezado a difuminarse y tu luz se está apagando. Llegará un día en que no te reconozcas ni sepas ni quién eres. No quedará ni rastro de tu ser. Lo paradójico es que, cuando él te deja (la mayoría de las veces son ellos los que lo hacen), recurres a los amigos y familiares a los que abandonaste y te enfrentaste por defenderle, y ellos te reciben como al hijo pródigo, con los brazos abiertos, porque son los que te quieren de verdad.

Producirte inestabilidad laboral
Las consecuencias de tu mal estado psicológico y físico se reflejan en todas las áreas de tu vida. Tu adicción emocional también ha provocado que baje tu nivel de rendimiento en el trabajo y que seas incapaz de concentrarte en una tarea. Tu jefe o jefa te lo ha notado, y te ha dado un toque. Si sigues así, quizá acabes perdiendo el curro. Si encima es tu propio negocio, puedes estar dando una muy mala imagen y un pésimo ejemplo a tus empleados por tu falta de implicación, o acabar perdiendo clientes por tu poca profesionalidad. ¿Qué más necesitas perder para darte cuenta de que no puedes seguir así?


Crearte insatisfacción crónica en el amor
Las adictas emocionales no suelen estar mucho tiempo sin un hombre. Rápidamente, buscan emparejarse de nuevo o vuelven a suplicar al gilipollas que la dejó para volver con él. Van pasando los años, y al final acabas sola y tienes que empezar de nuevo una y otra vez.
Si no has pasado por un buen proceso de duelo o cierre ni te tomas el tiempo necesario para estar contigo, conocerte y quererte sin pareja, acabarás repitiendo el patrón de perfil de hombre tóxico que te atrae. Te sentirás una fracasada en el amor, pero el problema reside en el tipo de persona que eliges para compartir tu vida. Al seleccionar a tu nueva conquista, haces un pésimo casting. Toda esta peregrinación de tu viacrucis emocional consiste en ir de unas manos equivocadas a otras, sin coger el timón de tu barco. Mirarás tu vida sentimental en retrospectiva y te generará una sensación de insatisfacción crónica, ya que ninguna funciona ni funcionará si eres una adicta emocional.

Deteriorar tu salud mental y física
Por último, tu salud mental puede resentirse por culpa de tu adicción emocional. Estos son solo algunos de los problemas psicológicos que puede acarrearte: padecer una futura depresión; generarte ansiedad lugares que antes no te la provocaban; desarrollar fobia social; vivir estresada y angustiada, sentirte infeliz, desgraciada, vacía y sin rumbo; no conciliar y beber o fumar más. En definitiva, son los pasos adecuados para autodestruirte.

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